Ideas Biológicas

Conocimientos básicos para crear tu primer huerto

¿Es tu primera vez en el tema del cultivo? En ideas biológicas te enseñamos lo básico para crear tu primer huerto.

✔ Cuando vamos a trabajar la tierra es importante tener en cuenta:
1) No trabajar la tierra demasiado seca o húmeda. En caso de que esté seca se puede provocar el punto tempero o sazón con un poco de riego.

2) No profundizar y voltear la tierra a más de 50 cm.
3) No incorporar nunca la materia orgánica en profundidad, se pudre y puede dar problemas al cultivo.

A la hora de estructurar los tipos de cultivos, hay que tener en cuenta las nivelaciones. Si la forma de riego va a ser por gravedad, es decir, haciendo llegar el agua desde un solo punto distribuyendo por acequias por todo el huerto, la nivelación ha de ser lo más perfecta posible. Pero siempre es recomendable un riego por goteo que ahorra agua y nos evita estos problemas.

✔ Una vez hemos preparado el suelo, podemos acumular la tierra de nuestro huerto de tres maneras:

1) Era:
Se utiliza principalmente para especies de las que se hace siembra directa. Se mulle el suelo y se alisa quedando a ras del terreno no trabajado. Después se hará una siembra de las semillas a voleo o en líneas que se irá aclarando según crezcan las plantas.
2) Caballón:
El caballón o surco, es el tipo de cultivo más conocido. Consiste en dejar varias lomas levantadas, y entre medios surcos que mantiene a las plantas alejadas de posibles encharcamientos y por donde podremos pisar para recoger la cosecha o realizar cualquier tarea de mantenimiento. Tradicionalmente pensado para usar sistema de riego por inundación.
3) Bancal profundo:
La mayor parte de los cultivos se adaptan al bancal, por lo que recomendamos preparar el suelo de esta forma. Para evitar incomodidades a la hora de mantener las plantas del bancal, es fundamental que la anchura del mismo, no exceda de los 1,20 m. La longitud del mismo dependerá del terreno del que disponemos y el diseño que más nos convenga.

Lo interesante del bancal, es el aprovechamiento de espacio. En huertos urbanos o familiares, donde el terreno es muy limitado, conseguimos más espacio para cultivo, si lo comparamos con el caballón. Además, si delimitamos el bancal con tablas, en forma de rectángulo, conseguiremos disminuir el trabajo de laboreo anual, ya que no pisaremos dentro de la parcela y lo tendremos protegido de la erosión.

4) Parades en crestall:
El principio es el mismo que el anterior pero con algún matiz. Se hacen los bancales con una anchura de 1,50 m y de 3 ó 6 metros en huertos familiares, más largos si hubiese espacio pero siempre múltiplo de 3. Se dividen longitudinalmente en 3 partes: dos laterales de 60cm y una central de 30cm. Cultivaremos en las dos laterales y en la central colocaremos rasillones o similares de unos 30 cm de anchura por 40 cm de largo espaciados 60 cm entre ellos y 30 cm de los bordes del bancal. La idea es no pisar nunca este bancal, aprovechar la parte central para desplazarnos por los rasillones y poner entre ellos plantas beneficiosas para los cultivos y para nosotros (aromáticas y medicinales).

✔ El abonado

El abonado es muy importante, especialmente en suelos pobres, degradados o en recuperación. La materia orgánica mejora el suelo dando cohesión a los más sueltos y ligereza a los más compactos. Puede añadirse justo en el momento de la aireación, depende del tipo de cultivo (en “paradas en crestall” se añade al final). La obtención de un abono a través de un compostador que instalaremos en el huerto, será indispensable, ya que reciclará la materia orgánica del propio huerto, jardines, comedor… y evitamos generar residuos en la propia actividad.

✔ Abonos orgánicos
“El abono orgánico bien elaborado contiene todos los elementos necesarios para nutrir perfectamente las plantas cultivadas, potenciando la actividad biológica del suelo y mejorando la vida y la estructura de la tierra.” (Bueno, 2004)

1) Compost
Es un abono orgánico obtenido a partir de distintos restos orgánicos (vegetales, estiércol…). Se produce tras un proceso natural de fermentación, formando un excelente abono. El compostaje se puede realizar en los hogares con jardín a partir de los restos orgánicos de la casa.

2) Vermicompost o humus de lombriz
Considerado el mejor abono por muchos autores. Producido por las lombrices durante su alimentación. Hoy en día existen instalaciones industriales de lombricultura para la producción de este tipo de abono. Algunos particulares producen su lombrihumus en las terrazas de sus hogares, a través de un vermicompostador.

3) Turba
Se trata de un abono orgánico muy utilizado para semilleros y macetas. La turba es una fase previa de la mineralización en carbono de los restos vegetales. Por ello se forma en condiciones de bajo oxígeno.
Existe turba rubia y negra. La primera es más ácida, presenta poca descomposición y mayor contenido orgánico. En cambio, la turba negra está mucho más mineralizada, por lo que se puede utilizar más para combustible.

Aplicación de abonos orgánicos en el huerto
Es muy difícil indicar las cantidades necesarias, existen muchas variables: características del abono (estiércol, grado de madurez, compost, tierra vegetal…), hortalizas que se cultivarán, tipo de suelo… De forma general se aconseja:
– Unos 4 kg/m2 al año de compost, aproximadamente 3-4 cm de grosor.
– 0,5-4 kg/m2 al año de compost, unos 2 a 4 cm de grosor.
– 3-5 kg/m2/año de estiércol.
La mejor manera de abonar cada año nuestro huerto será aplicando estiércol, compost, mantillo, humus de lombriz o cualquier otro abono orgánico de calidad, conseguiremos un abono tradicional que no implicará problemas en la alimentación de nuestras plantas de cultivo ni hipotecará el suelo de nuestro huerto.

Fuente original:www.ecoagricultor.com

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